“Te das cuenta que Jesús está allí en el tabernáculo especialmente para ti…sólo para ti?
Él arde con el deseo de entrar en tu corazón…”
Santa Teresita del Niño Jesús (la de Lisieux), nos describe en estas bellas palabras cómo Jesucristo desea llenar nuestros corazones con Su Amor. Pero…¿qué significa esto? ¿Cómo podemos realizar esto en nuestra vida diaria?
Ella continúa: “reciban la Comunión frecuentemente, muy frecuentemente”.
La Comunión es el Sacramento que nos hace a nosotros uno con Cristo … Él en ti y tu en Él. Pero esto sólo pueden suceder si estamos libres de pecado.
Si bien la Comunión nos limpia de los pecados veniales, no podemos recibir la Comunión en pecado mortal. Recibirla así continuadamente nos lleva al camino de la condenación.
La Comunión es un instrumento poderoso para nuestra salvación, pero es un don que debemos saber recibir.
Santa Teresita también dice que en la Comunión “tienes el remedio del alma, si quieres ser sanado…Él viene en búsqueda de una tienda vacía dentro de nosotros – eso es lo que Él pide”. La tienda vacía es el corazón sin pecado, el alma limpia de pecado que permite a Jesús morar en nosotros … “es todo lo que El pide”.
Para mantener la “tienda vacía”, es necesario ejercitar una vida disciplinada de examen de conciencia y arrepentimiento, con el fin de confesar con frecuencia. El Corazón de Jesús se alegra cuando algunos de Sus hijos e hijas se presentan con un alma limpia –una“tienda vacía”- a recibir su Cuerpo y Sangre, llegando a ser uno/a con Él.
Cuando recibimos la Comunión con el respeto y el amor requeridos, consolamos Su sufrimiento en la Cruz. Al contrario, si la recibimos en pecado mortal y sin el respeto debido, ayudamos a los soldados Romanos a martillar los clavos más profundamente en Su Cuerpo, empujamos las espinas aún más en Su cabeza.
Nuestra meta debiera ser la constante búsqueda de la santidad, una vida en gracia. De allí, la continua lucha contra el pecado.
La combinación de estos dos Sacramentos
-Confesión y Comunión-
junto con la oración,
es el camino más seguro
para mantenernos en gracia.
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