top of page

El Pan de cada día


“Danos hoy nuestro pan de cada día”.


Y ¿qué pensamos al repetir esa frase en el Padre Nuestro? ¿Pensamos en el alimento que comemos o en el Pan Espiritual?


Ambos son necesarios: uno para mantener nuestra vida física y otro para ser nuestro alimento espiritual.


Dios ha dispuesto que el pan material nos mantenga la vida del cuerpo, es cierto. Pero también ha previsto que la Hostia Consagrada, nos mantenga la vida del alma.

Ambos “panes” nos los da Dios. No podemos, entonces, estar sólo pendientes del alimento para el cuerpo. Si éste es importante, el otro lo es muchísimo más, porque al recibirlo recibimos la Vida de Dios misma. Esa Hostia Consagrada es Cristo con todo su ser de Hombre y todo su ser de Dios.


Muchísimos son los efectos de este Pan Espiritual en nuestra alma. Primero que todo nos une a Cristo: “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él” (Jn. 6, 56). Además nos conduce a la Vida Eterna: “Yo soy el Pan Vivo bajado del Cielo: El que come este Pan vivirá para siempre… Quien come mi Cuerpo y bebe mi Sangre, tendrá Vida Eterna y Yo lo resucitaré en el último día” (Jn.6, 51 y 54).


Pero no se quedan allí los maravillosos efectos de este Pan Espiritual, porque adicionalmente,

  • nutre al alma,

  • aumenta la Gracia,

  • borra los pecados veniales,

  • nos da gracias para cumplir la Voluntad Divina,

  • para evitar el pecado y

  • nos fortalece en las tentaciones,

  • nos incita al amor a Dios y a los hermanos,

  • efectúa “comunión” del comulgante con Cristo y con el prójimo,

  • nos va asemejando a Cristo, etc.


¿Maravillosa lista de beneficios, no? Pero nada de esto sucede si la persona pone obstáculos a la acción de este Sacramento del Pan de Vida, por no estar debidamente preparada.


Además, a mejor preparación del que comulga, más gracias se reciben. Es como una vaso de agua: la fuente de agua es la misma, pero la cantidad de agua recogida depende del tamaño del vaso que la reciba. Y el tamaño del vaso depende de nuestra disposición al recibir este Pan Espiritual.


Condiciones básicas nos las exige la Iglesia: no estar en pecado mortal, el ayuno requerido, estar debidamente vestido, etc. Pero hay otras condiciones interiores que solemos pasar por alto. Las veremos en futuras entregas.

14 views

Recent Posts

See All

Comentários


SMA Logo New.png
bottom of page